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jueves, 12 de octubre de 2006
Se acabó el resistir por resistir, llegó nuestro tiempo
Declaración de La Paz
Encuentro Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala
La Paz, 12 de octubre del 2006
Desde el corazón de América del Sur, en la tierra de Bartolina Sisa y
Tupaj Katari, a los 12 días del mes de octubre de 2006, los delegados y
delegadas de los pueblos originarios, indígenas del Abya Yala, reunidos
en el Encuentro Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del
Abya Yala, expresamos nuestra palabra.
En el nuevo devenir del Pachakuti, en estos tiempos de culminación del
Quinto Sol, terminará pronto el mundo de miedo que vivimos, el mundo de
odio y materialismo que sufrimos. Para ese día la humanidad desaparecerá
como especie que amenaza con destruir el planeta y evolucionará hacia la
integración armónica con todo el universo, comprendiendo que todo está
vivo y consciente, que somos parte de ese todo y que resurgiremos en una
nueva era de luz.
A 514 años de opresión y dominación, aquí estamos, no han podido
eliminarnos. Hemos resistido a las políticas de invasión, destrucción y
saqueo, hoy llamada neoliberalismo, que nos impone la explotación de
nuestros recursos naturales a beneficio de las empresas multinacionales,
causando graves impactos sociales, económicos y culturales, a los modos
de vida de nuestros pueblos originarios, el resto de la humanidad y a la
madre naturaleza.
Empieza una nueva era para los pueblos indígenas origina¬rios, están
llegando los tiempos de cambio.
La declaración de las naciones unidas sobre los derechos de los pueblos
indígenas se ha logrado a base de un trabajo permanente de los pueblos
indígenas del mundo durante más de 20 años, si bien refleja muchas de
nuestras aspiraciones, no recoge plenamente el derecho de nuestros
pueblos a la libre determinación y lo llega a supeditar de manera
individual, reemplaza nuestra visión. A pesar de eso, exhortamos a los
gobiernos a aprobarla y tomarla como base para legislar en materia de
pueblos indígenas.
Las inversiones de las transnacionales en nuestras tierras y
territorios, han generado pobreza, migración y contaminación de nuestros
recursos (tierra, agua, semillas, genes, biodiversidad). Ante esa
situación nuestros pueblos tenemos la tarea de construir mecanismos de
resistencia que nos permitan sobrevivir dignamente. Los Estados
nacionales deben reconocer que es la existencia de nuestros pueblos, lo
que ha permitido la preservación de la biodiversidad y los conocimientos
asociados a ella; por lo que deben garantizar la existencia de nuestros
pueblos proporcionándoles recursos para su manejo autónomo y no
establecer mecanismos que promuevan la privatización de nuestros
recursos naturales, conocimientos tradicionales y espirituales.
Los Estados Nacionales, deben considerar que son Países donde habemos
Pueblos indígenas y no son uninacionales; por tanto deben reconocer la
Plurinacionalidad y respetar y reconocer nuestras propias formas de
Gobernar. Por lo que urgimos la refundación de los Estados para lograr
la convivencia entre los pueblos, para que no exista la exclusión y la
marginación. La resistencia de la lucha de los Pueblos originarios, en
conjunto con otros sectores en el continente hoy en día hemos logrado el
triunfo de Evo Morales, una conquista que nos Convoca a fortalecer y
consolidar las organizaciones en la construcción del verdadero Poder que
surja de la experiencia de nuestros pueblos indígenas.
Con nuestra propuesta unitaria de la Cultura de la Vida, construyendo
soberanía que descansa en nuestra identidad y cosmovisión, y
participando democráticamente, emergemos para construir nuevos estados
nación desde el pensamiento indígena con la participación mayoritaria
del pueblo. Continuamos en el fortalecimiento de nuestros procesos
organizativos y de nuestras luchas hasta lograr construir la unidad de
los pueblos del Abya Yala y reconstruir el “Vivir Bien” que significa
vivir en armonía entre las personas y la naturaleza; al mismo tiempo
ofrecemos al mundo aceptar y beneficiarse de los valores de nuestras
culturas.
Desde nuestras familias, hogares, comunidades, pueblos, estando o no
estando en el gobierno de nuestros países, nosotros mismos decidimos y
encaminamos nuestros destinos, nosotros mismos asumimos la voluntad y
responsabilidad del Vivir Bien que nos han legado nuestros ancestros,
para irradiar desde lo más sencillo y simple a lo más grande y complejo,
para construir de manera horizontal y plural la diversidad de la cultura
de la vida, para así ejercer la libre determinación de nuestros pueblos,
aún sin el reconocimiento de los Estados.
Rechazamos enérgicamente la criminalización de las luchas de los pueblos
indígenas y de los demás movimientos sociales.
La lucha no se detiene, se acabó el resistir por resistir, llegó nuestro
tiempo. Nuestro camino es coordinarnos, articularnos, y comunicarnos de
manera permanente y tomando en cuenta todos nuestros problemas,
necesidades y propuestas. Desde aquí convocamos a los pueblos indígenas
de Abya Yala a participar en la III cumbre de los pueblos y
nacionalidades indígenas del Abya Yala que se realizará del 26 al 30 de
marzo del 2007 en territorio maya, Guatemala.
Nuestro camino está trazado, pero necesitamos de los otros sectores de
la sociedad que también están siendo oprimidos para realizar las
transformaciones que aspiramos; por eso también convocamos a participar
activamente en la Cumbre Social para la Integración de los Pueblos, a
realizarse en Cochabamba Bolivia del 6 al 9 de diciembre de 2006.
Condenamos los actos guerreristas e intervencionistas que el gobierno de
los Estados Unidos está efectuando en muchos países del mundo y de
América para proteger sus intereses. Al mismo tiempo nos solidarizamos
con las luchas de todos los pueblos y los gobiernos que defienden su
derecho a la libre determinación, como Cuba y Venezuela.
Somos testigos de los graves problemas que están atravesando el pueblo y
gobierno bolivianos, ocasionados por los grupos económicos oligárquicos
que cuentan con el beneplácito de los Estados Unidos. También hemos sido
testigos de los esfuerzos que el pueblo y gobierno boliviano encabezado
por el compañero Presidente Evo Morales, están haciendo para construir
un nuevo país, nos solidarizamos con este heroico esfuerzo. Estaremos
vigilantes de manera permanente de lo que suceda en Bolivia y pedimos a
los pueblos del planeta brinden su apoyo y solidaridad a este proceso.
Saludamos los movimientos de reivindicación y resistencia que se siguen
haciendo por nuestros pueblos en todo el continente. Ratificamos al 12
de octubre como el día de la resistencia indígena. Invocamos la memoria
de nuestros millones de mártires que han sido masacrados desde 1492
hasta la fecha. Los países invasores tienen una deuda histórica con
nuestros pueblos.
¡¡¡JALLALLA PUEBLOS INDÍGENAS DEL ABYA YALA!!!
Las minas en el centro de la crisis
Bolivia
Las minas en el centro de la crisisPor Antonio Peredo Leigue
Octubre 9, 2006
Aún no se resuelve el trágico conflicto que estalló en Huanuni, el jueves 5 de octubre. Mientras tanto, hay fuertes indicios de que, otros cooperativistas mineros, estarían preparando la toma de la mina Caracoles, ubicada en el departamento de
Dieciséis muertos y más de 60 heridos, ha sido el saldo de sangrientos enfrentamientos entre cooperativistas y asalariados, que trabajan en la explotación de estaño del cerro Posokoni, en el centro minero de Huanuni. Los cooperativistas, desde tiempo atrás, exigen se les otorgue otros dos niveles de interior mina –ya explotan varios otros- más la recuperación de mineral en “colas y desmontes” –sobrantes de la explotación anterior de esa mina- que aún tienen 4% de estaño.
De asalariados a cooperativistas
Poco después de la nacionalización de las minas, en 1952, se formaron cooperativas de obreros que no trabajaban ni en las grandes minas nacionalizadas ni en las medianas y pequeñas que quedaron en manos privadas. Se establecían en concesiones que les otorgaba
Sin embargo, al implantarse el modelo neoliberal en 1985, el masivo despido de trabajadores de esa empresa estatal provocó la formación de numerosas cooperativas que, como consecuencia de la aplicación del modelo, obtuvieron concesiones de muchas minas que COMIBOL, deliberadamente, fue entregándoles. La política de los gobiernos que se sucedieron a partir de 1985 se orientó a la desactivación de la empresa minera del Estado; las minas más ventajosas se entregaron a los empresarios medianos, otras a los mineros pequeños y las más a las cooperativas.
En esta línea de acción fue inevitable que, los cooperativistas, reclamaran participación en minas de mejores perspectivas. En Huanuni, por ejemplo, exigieron y obtuvieron se les concediera los niveles superiores de explotación, además de explotar circunstancialmente “colas y desmontes”, sin que mediase concesión; COMIBOL mantuvo a su cargo los niveles inferiores en los que, debe destacarse, se realiza una explotación racional que mantiene una mejor proyección que en los niveles en que los cooperativistas se limitan a explotar el mineral que hallan a simple vista, perdiendo rápidamente el curso de la veta.
De cooperativistas a empresarios
Aunque es cierto que, la mayor parte de las cooperativas, se mantienen con la explotación de volúmenes con escaso contenido de mineral, algunas tienen una suerte mayor, recobrando mineral en proporciones altamente rentables. En el primer caso, el mayoritario, los cooperativistas tienen un nivel de vida miserable; excepcionalmente, hallan un bolsón rico en mineral y reciben ingresos superiores que les permite pagar deudas y comprar algunos utensilios.
En el otro caso, la obtención de concentrados de alta ley proporciona, a los cooperativistas, ingresos superiores a los 3 mil dólares mensuales y más. En estas circunstancias, no es extraño que contraten personal para que trabaje en interior mina, en “representación” de ellos; por supuesto, los sueldos que pagan a éstos, son miserables. Esto ocurre en Huanuni y otros centros, donde la producción de mineral es altamente rentable.
De todos modos, en condiciones miserables o convertidos en verdaderos empresarios, los cooperativistas exigen constantemente nuevos yacimientos minerales para explotarlos, con preferencia aquellos que tienen mejores proyecciones.
Programa vs. Acuerdos
Para las elecciones generales de diciembre pasado, el Movimiento al Socialismo (MAS), concertó alianzas con diversos sectores sociales que, una vez triunfante la candidatura de Evo Morales y Álvaro García, se tradujeron en la presencia de sus representantes en el gobierno. El numeroso sector de cooperativas mineras está representado por tres o cuatro diputados, tuvo un ministro en el estratégico sector minero y, aún más, varios otros funcionarios.
La propuesta del MAS, presentada en la campaña electoral y ratificada como programa de gobierno después del triunfo, define una política de fortalecimiento de COMIBOL y, por tanto, de producción minera estatal.
Un proyecto de tales características chocaba contra la posición del ministro del área, quien no dejó de ser dirigente del sector cooperativo. De hecho, durante los ocho meses que duró su gestión –concluida el viernes pasado- no hubo ninguna acción de su despacho para llevar adelante la propuesta del MAS.
Golpe de timón
La designación de un antiguo dirigente sindical de los trabajadores de COMIBOL, como Ministro de Minería y Metalurgia, parece indicar que se ha dado un golpe de timón para rectificar la desviación ocurrida en esta primera etapa, al menos en el tema minero. De hecho, el nuevo ministro, ha sostenido que hasta el 31 de octubre próximo, estará delineado el plan de reactivación de la empresa estatal de minería.
Hace 54 años, el 31 de octubre, se dictó el decreto de nacionalización de las minas. El nuevo ministro, al puntualizar la fecha, está reivindicando el fortalecimiento de
Pero, al mismo tiempo, el gobierno debe encontrar una solución que supere la confrontación de los dos sectores en Huanuni y, eventualmente, en todos los centros mineros del país. Por cierto, es una complicada situación que sólo puede resolverse, encarando soluciones inmediatas y de largo alcance, al mismo tiempo.
El numeroso contingente de cooperativistas asentado en Huanuni, se pacificará en la medida en que obtenga alguna concesión y el gobierno está obligado a darla, cuidando que no dañe la proyección de la minería estatal. Deberá combinar, de otra parte, el plan de reactivación minera, en la que deben tener papel importante COMIBOL y los trabajadores de esta empresa. Pero, al mismo tiempo, habrá que tener la suficiente capacidad para comprometer, a los cooperativistas, en ese vasto plan nacional.
Este es el desafío que enfrenta nuestro gobierno a sólo ocho meses de su inicio. Es, al parecer, una prueba decisiva que gravitará en los meses siguientes.