La niña lo siente
el laberinto
esta ahí,
el vacío,
el espacio
dormido
entre el pecho
y la espalda
la hoja
peregrina de un otoño
se esfuma risa
en la memoria
cuatro gatos
maullan
y una araña
cuelga del foco
la niña se viste y no llora,
el llantos es pasado
el dolor es ausencia y ella sabe,
sabe que el niño que llora callado
se guarda el daño en el alma
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